El panal de abeja: Breve historia, tamaño y ramificaciones – Parte 1

Dee Lusby – El panal de abeja: breve historia, tamaño y ramificaciones – Parte 1

El panal de abeja: Breve historia, tamaño y ramificaciones – Parte 1

 

El camino retorno a la apicultura ecológica. Parte 4

Desde época muy temprana, el panal fabricado por la abeja de miel ha sido estudiado y admirado como solución, la del problema de poco peso y gran fortaleza, para ser duplicado en la construcción de estructuras. La primera investigación acerca de la estructura del panal de miel por, Zenodoro de Sicilia, trataba la forma hexagonal de las celdillas. Esto se hizo en el siglo II a. de C. poco después de la época de small cell bee combArquímedes. Zenodoro probó por aquel entonces que de las tres figuras proncipales que llenarían por completo una superficie plana (principalmente el triángulo equilátero, el cuadrado y el hexágono regular), el hexágono alberga la mayor capacidad para una circunferencia dada.

Posteriormente Pappus, alrededor del 500 d de C. copiando de Zenodoro, también descubrió que las abejas sabiamente escogieron la forma del hexágono para la boca de la celdilla que sospechan contendrá la mayor cantidad de miel para un mismo gasto de cera en su construcción. El fue el primero en proponer la sugerencia que las abejas economizan cera, una idea que se creyó por muchos años, aunque en el mundo actual es sabido que está lejos de la realidad del asunto. Tras Pappus, no se conocía estudio alguno de la construcción de panales de miel hasta que una persona con el nombre de Kepler en 1611, un astrónomo, publicó una descripción muy buena de la celdilla. A el se atribuye ser el primero en observar los rombos en la base de la construcción de las celdillas individuales.

En el 1700 hubo un terrible malentendido o cálculo relativo a la medida de los ángulos de los rombos en los fondos de las celdillas de los panales. Comenzó en 1712 y siguió durante varios años a lo largo del siglo.

La explanación: Un Italiano, Maraldi, un astronómo, estudió las celdillas de abeja, midió los fondos de las celdillas y los halló aproximadamente iguales entre sí. A continuación calculó que, si estos ángulos eran realmente iguales, deberían ser de unos 109º 28′. Anne D. Betts en un artículo de Julio de 1921, siguió contando la misma historia, Maraldi es una “advertencia espantosa” para todos nosotros para expresarnos con total claridad, para evitar el peligro de ser mal entendidos. Empleando una palabrería enrevesada ¡Consiguió encaminar al naturalista francés Reaumur a creer (algunos años más tarde) la idea de que este había encontrado el ángulo de de 109º 28′ midiéndolo! Una hazaña que, tal como han destacado algunos escritores desde entonces, era imposible con los instrumentos disponibles entonces, aunque las celdillas fuesen regulares, que no lo son.

Reaumur sospechaba que las abejas economizaban cera, por tanto le pidió a un amigo matemático, Koenig, que resolviera el “problema de la celdilla de la abeja” antes referido. Koenig lo hizo y dio un ángulo mayor para los rombos de 109º 26′. Investigaciones posteriores han demostrado que 109º 28′ era la respuesta correcta ( hasta el minuto más exacto y que Koenig tuvo un fallo de cálculo en su aritmética).

Kent L. Pellett en un artículo de Junio de 1929, añadió más información al asunto al escribir, “Reaumur se maravillaba de que su economía rozase tanto la perfección” Pero otros científicos estaban inquietos porque las abejas se acercaban tanto al ángulo correcto y sin embargo erraban. Se tomaron la molestia de resolver el problema por sí mismos, con el mismo resultado que Koenig. Pero las abejas se negaban a corregir ése error, tan minúsculo como era, y continuaron construyendo los fondos de celdilla con los ángulos antiguos.

En años posteriores hubo un naufragio. Las investigaciones del accidente mostraron que el capitán se había desviado del rumbo debido al cálculo con tablas de logaritmos que eran defectuosas. Las tablas se corrigieron para evitar más errores. Luego se descubrió que estas eran las mismas tablas con las que Koenig hizo sus cálculos. Se volvió a resolver el problema de los fondos de celdilla con las tablas corregidas, y en esta ocasión se obtuvieron los mismos ángulos que las abejas habían empleado siempre. En definitiva, las abejas tenían razón y los matemáticos no.

La primera hojilla de panal artificial la hizo Kretchmer en Alemania en 1842. Se hizo con un par de rodillos grabados, y se empleaba almidón para evitar que se pegase la cera a los rodillos. El dispositivo consistía en una tira de papel de calco de lino, recubierto con la mezcla de cera blanca y almidón, y sobre la cual la hojilla de hexágonos o fondo de las celdilla se imprimían al pasarlo entre el par de rodillos grabados.

A continuación otros le siguieron, principalmente Jean Mehrig (holandés). En 1857 empleó cera pura colada entre moldes metálicos, y A.I.Root (EE. UU.) en 1876 fue el primero en emplear una prensa de rodillos metálicos. Otto Schenk en 1872 producía y mostraba hojlla de hexágonos con zócalo resaltado para las paredes de las celdillas y John Long (EE. UU.) en 1874 produjo un producto similar. D.S. Given (EE.UU.) alrededor de 1879-1881, produjo hojilla de hexágonos alambrada hecha en prensa, pero no fue hasta 1892 que E.B.Weed (EE.UU.) produjo hojilla de hexágonos de cera de gran longitud para usarla entre rodillos de estampación. Todos estos avances en la creación de hojilla artificial de hexágonos establecieron para los logros de nuestro siglo actual en la tecnología de la apicultura moderna, igual que todos nuestros cuciantes problemas de ácaros parásitos y sus secuelas asociadas.

Diría que nuestros problemas actuales comenzaron allá por 1891 en Bélgica con la introducción de hojillas de hexágonos artificiales de 920 celdillas por decímetro cuadrado que serían equivalentes a entre 4.6cm y 4.7cm para 10 celdillas de obrera. Los apicultores allí adoptaron este tamaño de celdilla. Los expertos de aquel tiempo creían que era ventajoso producir tantas abejas como les fuera posible en la menor superficie de panal. Por ello se decía que había un estrechamiento prematuro de las celdillas en toda Bélgica, y que al cabo de unos años las abejas eran especímenes miserables.(podríamos decir que esto era entonces lo contrario de nuestro problema actual de cuanto más grande mejor)

Fue entonces cuando, para combatir una tendencia tán perniciosa, nació una idea con aparente final magnífico (que aún hoy seguimos). Un profesor U. Baudoux de Bélgica publicó un artículo en el Progress Apicole de Junio de 1893, abogando por el empleo de celdillas mayores en los panales, como resultado de experimentos debidamente descritos. Parece que el Prof Baudoux quiso criar abejas de extraordinario vigor, capaces de pecorear en un radio de vuelo mayor y que visitaran muchas flores en las que su nectar estaba, entonces (y probablemente aún hoy lo está) fuera del alcance de sus lenguas.

Experimentó con celdillas hasta el límite de 750 celdillas por decímetro cuadrado, tamaños que obtuvo estirando la hojilla de hexágonos de cera. Animado por sus experiencias, deseando hacerlo mejor “ALCANZANDO LOS LÍMITES DE LO POSIBLE” (Aquí es donde nuestros problemas actuales con los ácaros parásitos y sus secuelas empezaron).

El Prof Baudoux experimentó con varios tamaños de celdilla por decímetro cuadrado, principalmente : 750, 740, 730, 710 y hasta 675. También experimentó con varias maneras de medir las celdillas y estableció su propio sistema de medida (lamentablemente, no había una tabla de correspondencia y correlación entre su sistema y el sistema tradicional de las hojillas de cera con hexágonos que había estado en uso por más de 2000 años remontándose a tiempos anteriores a Cristo, de modo que los apicultores pudieran comparar los dos sistemas de medida).

El Prof Baudoux tuvo tanto éxito con sus escritos y sus experimentos, y fue tan convincente, que los fabricantes de material apícola empezaron a vender hojillas de cera estampada con celdillas agrandadas y atribuyendo buenos resultados a su empleo. La mayor parte de su trabajo lo hizo a partir de finales de los años 20 , pasando por los 30 y 40 (el resultado ha sido que su proceso de cuanto más grande mejor las ventas resultantes nunca ha parado y sigue a día de hoy con el detrimento ahora, de que que sólo se encuentran hojillas de celdilla estampada agrandadas (mucho más allá de los límites de lo posible vislumbrados por el Prof. Baudoux) a la venta y el estándar es el grande de 5.7 cm para 10 celdas de obrera para las más grandes.

¿Puede esta tendencia hacia el cuanto más grande mejor ser uno de los efectos causantes subyacentes, creando los problemas actuales de ácaros parásitos y sus secuelas? Probablemente ¿Pero en qué evidencia deberíamos basar ésa idea?

Lamentablemente para todos, no fue para la misma celdilla grande para la que estaba trabajando, sino en su lugar la selección de una abeja mejor. ES IMPORTANTE PARA EL APICULTOR ACTUAL RECORDAR LA ÉPOCA, Y SU LUGAR EN LA HISTORIA, ASÍ COMO EL HECHO DE QUE EL SISTEMA DE MEDIDA PROPUESTO POR EL PROF BAUDOUX NO TENÍA CORRELACIÓN CON LOS SISTEMAS TRADICIONALES DE MEDIDA ¿POR QUÉ? ¡PORQUE SE ESTABA GESTANDO UN EFECTO CAUSANTE SUBYACENTE DE LOS PROBLEMAS DE LOS ÁCAROS PARÁSITOS Y SUS SECUELAS!

Igualmente lamentable para todos nosotros es el hecho de que el Prof Baudoux era un seguidor de la teoría Lamarckiana, y creía que era posible mejorar la abeja de miel permanentemente, dándole la oportunidad de crecer más en cada generación sucesiva. Sin embargo, a un seguidor de la teoría Darwiniana o Mendeliana, esta es una doctrina más que incierta y las abejas por sí mismas parecen confirmar esta crítica (incluso a día de hoy se puede comparar una colmena doméstica con una salvaje), puesto que incluso a principios de 1900 era sabido que tienden a retrotraerse al tamaño de celdilla de abeja obrera cuando se las deja a su aire, de vuelta a lo NATURAL tal como establencen las regals de la naturaleza y no artificialmente por las reglas artificiales y politizadas por el hombre.


Firmado: Dee A. Lusby, Amado, Arizona, USA

gracias a Miguel Ángel por la traducción

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